Día de la madre

En la clase de español B hicimos un ejercicio en el que los alumnos tenían que describir a su profesor favorito. A continuación, puedes leer la redacción escrita por una de nuestras alumnas de la 11b, Nelli Granacher, que nos pareció muy apropiada para publicar con motivo del Día de la Madre, ya que su profesora favorita es su madre.

La ilustración es obra de Mia Granacher.

 

Mi profesora favorita

 

Mi profesora favorita me ha explicado muchas cosas. Por ejemplo, cómo se escribe una caracterización en inglés o qué quieren decir ciertas metáforas en Emilia Galotti. 

Me ha explicado todo con paciencia y entendimiento, y casi siempre, entre montañas de trabajo y ríos de estrés, se tomaba el tiempo de hablar conmigo sobre mis preguntas.

Es una mujer muy amable y tiene la fuerza de un tejo profundamente arraigado. Sé que tuvo que superar muchos obstáculos en su vida, pero saltó sobre las piedras como una bailarina elegante. Y si se cayó, se levantó de nuevo, con su espada brillante, aún más fuerte, para luchar contra los dragones en su vida.

Aparte de su espada, su arma más poderosa es su mente. La profesora es una persona inteligente que sabe muchísimo sobre el baile de palabras que llamamos “idioma”. Lo estudió en la universidad, porque la magia de las letras es una ciencia que comprende también su corazón. Explicar algo e interactuar con alumnos y alumnas es una pasión suya; incluso dejó sus estudios de derecho para trabajar con adolescentes.

Esa mujer es más que una profesora de mi escuela. Conozco a sus hijos, que ahora son dos de mis mejores amigos del mundo; son libélulas que vuelan a mi lado, que cruzan el océano peligroso conmigo.

Además, mi profesora favorita me ha explicado no solo cosas sobre las lenguas y la filosofía de la que hablamos en el colegio. También me ha explicado mucho sobre la vida. Está interesada en mi presente, mi futuro, mis pensamientos y mi estado de ánimo. Me escucha. Nuestros tormentos pasan rápidamente.

Mi profesora favorita es la persona que me conoce mejor, que me contó historias cuando ni siquiera sabía el color de mis ojos.

Es mi búnker de acero cuando un terremoto sacude las paredes de mi casa.

Por todo eso y mucho más, quiero decir gracias a esa mujer.

Quiero decir gracias a mi madre, porque nunca podría haber imaginado a una “maestra de la vida” mejor.

 

Nelli Granacher          Clase 11 Español B